domingo, 17 de agosto de 2014

EL JARDÍN HUÉRTO ANDALUSÍ. Por I. Cervantes. Recopilado por Overa Viva



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El jardín andalusí


EL JARDÍN-HUÉRTO ANDALUSÍ




En el mundo andalusí, los jardines tuvieron una función mucho más amplia que la meramente estética. El jardín-huerto fue receptáculo de plantas aromáticas, árboles frutales y productos hortícolas. Al placer de la vista y el olfato se unió el deseo de un aprovechamiento agrícola, que puso en marcha una sabia distribución del agua y toda una ciencia de aclimatación de especies botánicas nuevas. Los andalusíes habían heredado estos saberes de sus antepasados del mundo oriental islámico y, en parte, de sus predecesores romanos. Su proverbial sed de conocimiento propició un gran desarrollo botánico y científico. Se produjo una auténtica «revolución verde» que significó la expansión agrícola de Al Ándalus y el principio de un incipiente comercio.
Apenas quedan referencias de cómo pudo ser aquel jardín-huerto. El geópono almeriense Ibn Luyun (s. XIV), fue el autor de una célebre obra llamada Kitab al-filaha (‘Libro de Agricultura’), que escribió en verso con el fin de que pudiera memorizarse fácilmente. En ella ha dejado unos apuntes de la morfología de este jardín. Según describía, los macizos de plantas, generalmente aromáticas, estaban situados junto a la alberca. Un poco más lejos se emplazaban los macizos florales y los árboles de hoja perenne. Ya rodeando el predio, una cerca de viñas, higueras y otros árboles semejantes marcaba las lindes, mientras que los paseos se cubrían con parras, a modo de pérgolas. Uno de estos paseos delimitaría el jardín de flores y plantas aromáticas, mientras que a cierta distancia de las viñas se situaría la tierra de labor. Los grandes frutales se plantaban en la parte Norte para proteger el jardín del viento.
Frutales y productos hortícolas
Entre los frutales que estuvieron omnipresentes en esos jardines-huertos figuraron las palmeras datileras, como una reminiscencia del desierto arábigo, cuna del mundo islámico. También, los granados, que se trajeron a través de Siria, así como los melocotoneros, limoneros, cerezos, membrilleros y naranjos amargos. Además, figuraban higueras, olivos, vides y manzanos, milenariamente implantados en la Península Ibérica.
Entre la espesura de los frutales abundaban los cultivos de melones y sandías, las berenjenas, espinacas y habas, además de alcachofas, zanahorias y lechugas, entre otros muchos productos hortícolas que se cultivaban gracias a la abundante agua que suministraban las acequias.

El uso del agua en huertos y grandes predios
El mundo islámico surge en un contexto árido: la península arábiga. El primer pueblo que lo integra, el pueblo árabe, aprecia el agua como auténtico tesoro, ya que prácticamente carece de ella, siendo los oasis su única fuente de abastecimiento. Esa valoración del agua, origen de toda vida, va a reflejarse constantemente en el Corán.
¿No veis el agua que Alá ha hecho descender del cielo
y por medio de ella, todo verdea sobre la tierra?
                                   Corán (sura 22, aleya 63)

Él es Quien ha hecho bajar para vosotros agua del cielo.
De ella bebéis y de ella viven las plantas con las que apacentáis.
Gracias a esa agua, hace crecer para vosotros los cereales,
los olivos, las palmeras, las vides y toda clase de frutos.
                            Corán (sura 16, aleyas 10-11)

Con la expansión del Islam a través del imperio Persa, Egipto y Siria, entre los siglos VII y VIII, los musulmanes aprendieron las técnicas de regadío, extracción y aprovechamiento del agua, muy desarrolladas por entonces en aquellas regiones, especialmente en tierras mesopotámicas (Iraq).
Además de servir de bebida para los seres humanos y los animales, el agua será esencial en la agricultura y se convertirá en un complemento imprescindible de las construcciones palaciegas. Se introducirá como un elemento decorativo polivalente que proporcionará efectos lumínicos, refrescará y relajará el ambiente, y hará las veces de un espejo al duplicar el efecto visual de la arquitectura.
El agua estará omnipresente en todo tipo de jardines y de almunias, ya sea en forma de fuentes, canalillos, surtidores, estanques, acequias y albercas, o bien, deslizándose caudalosa por las norias de corriente.
Las acequias (del árabe al-saqiya) fueron las principales conducciones empleadas por los musulmanes para la distribución del agua, tanto en grandes predios como en pequeños jardines. Este sistema de riego por canales, mayores y menores, ya se utilizaba en la antigua Babilonia (siglo VII a.C.) para regar los jardines colgantes, o pensiles, con las aguas del Éufrates, y se extendió al imperio Persa en ciudades como Persépolis. Posteriormente, los romanos, herederos de esa tradición, establecieron en sus provincias de la cuenca mediterránea auténticas redes de regadíos, especialmente en Hispania.
Al llegar a la Península Ibérica, los árabes eran conocedores de los sistemas de riego orientales. Reaprovecharon la infraestructura del regadío romano, ya deteriorada, ampliando e intensificando su utilización, y crearon acequias mayores, menores y brazales, con un ingenioso sistema de distribución del agua, base de su emergente agricultura.

 





 
De ahí que en muchas zonas de España, especialmente en la región levantina, sean frecuentes los topónimos de origen árabe que aluden a las acequias: la acequia de Beniscornia (o de los Banu Scornia), al sur del río Segura, en Murcia, ha dado origen al llamado popularmente «Rincón de Bernisconia».
Las norias (del árabe na´ura) de corriente o fluviales, de origen oriental, ya habían sido utilizadas por los romanos en la Península, esencialmente en la Bética, para la extracción del agua de río o corriente de cierto caudal. El agua se recogía por medio de unos recipientes —arcaduces o cangilones—, instalados en la propia rueda que la corriente accionaba. Cuando el giro alcanzaba su máxima altura, los recipientes vertían el agua en un canal, desde el que se distribuía a las acequias de los huertos y jardines, a las albercas y a las canalizaciones urbanas.
Los árabes intensificaron el empleo de las norias en Al Ándalus, como una de las bases de la captación de agua fluvial. Algunas llegaban a alcanzar más de 15 metros de diámetro. Todavía se pueden contemplar algunas norias de origen hispano musulmán en La Ñora y Alcantarilla (Murcia), en Casas del Río (Valencia), en el río Guadalquivir, en el Jalón y también en Portugal.
Existía además otro tipo de noria de tracción animal y de menor tamaño, llamada al-saniya (‘aceña’). Se utilizaba en los predios menores para extraer agua de pozo. En los campos de Castilla aún se pueden observar estos ingenios hoy en desuso.
La función esencial de la alberca (del árabe al-birka) era servir como depósito de agua, para distribuirla posteriormente por las acequias. Su funcionalidad se combinó con el característico sentido de la estética de los hispano musulmanes, constituyéndose en un elemento más del jardín y la arquitectura. Los principales patios y jardines del mundo islámico contaron con grandes albercas, como sucede en el Patio de los Arrayanes de la Alhambra de Granada (siglo XIV).
En la tradición islámica, el agua se considera un don divino que no es propiedad de los seres humanos. Éstos son solamente sus depositarios; por ello tienen la obligación de repartirla con equidad entre quienes la necesitan. Este concepto sirvió de base para establecer en Al Ándalus un perfecto sistema de regadío. El agua, remansada en los azudes de los ríos, se distribuía por riguroso turno a través de las acequias y brazales a cada predio, según su superficie y el volumen del caudal que repartieran.
En torno a este sistema surgió desde el siglo X una serie de funcionarios encargados de velar por el reparto justo y ordenado: el wikalat al-saqiya, o «gobierno de la acequia». Según el insigne arabista francés Levi-Provençal, esta institución fue el antecedente del Tribunal de las Aguas valenciano.
Otra de las técnicas de distribución del agua empleadas fue la conocida como de «las señas», que todavía se practica en la Alpujarra. Consiste en aprovechar el agua de los prados de inundación de alta montaña, conduciéndola a través de las fisuras de las laderas. 


Espacios irrigados
En las fuentes árabes encontramos dos grandes grupos en los que incluir las explotaciones agrarias irrigadas: de un lado, las ubicadas extramuros, en los contornos de las ciudades, y que son las más artificiosas; y por otro los espacios abiertos cuyo diseño y tipología vienen definidos por la propia naturaleza y que ven crecer especies hortofrutícolas muy concretas.
En el primer grupo hay una serie de unidades: yanna, bustan y munya. Son espacios agrícolas cerrados y peri-urbanos. Bustan y munya aparecen como sinónimos, con una múltiple finalidad estética, económica y experimental, normalmente predominando una de estas funciones sobre las demás; podían ser explotaciones agrícolas de gran superficie. Una y otra eran propiedades de la realeza y alto funcionariado del reino. En todos los casos llevaban asociadas viviendas y otras construcciones, tanto de carácter ornamental como industrial. El agrónomo Ibn Luyun incluye la descripción de un bustan ideal, de una finca de recreo ante todo, que perfectamente podemos asociar al esquema clásico de una almunia, lo que nos aclara que ambos espacios, aunque designados con voces distintas, revelan un mismo sentido utilitario.
En lo referente a yanna, nos podemos referir a una unidad de producción agrícola de regadío básica, en la que ésta constituye la única funcionalidad, alejada por ello de otras que comportan bustan y munya, como puede ser la ornamental, recreativa. También posee vivienda y puede que corresponda a un tipo de propiedad parcelada, minifundio de pequeños agricultores.
A grandes rasgos, podemos decir que bustan responde a la actual concepción etimológica y física de huerto o huerto-jardín, mientras que yanna representa las huertas donde cultivar legumbres y árboles frutales.



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(C) Fotografías: Fondo documental de Overa Viva.

miércoles, 13 de agosto de 2014

ABANDONO DE LOS PAGOS DE OVERA. Reportaje Fotográfico de Overa Viva

 Overa nace del río Almanzora, el Flumen Superbum(Rio Soberbio) de los romanos, el Almasur (el Victorioso) de los árabes. El río, nuestro río, es el río de la vida porque nos trae el fundamental elemento y también ricas tierra de aluvión que va depositando en sus márgenes... Por eso esta tierra ha sido desde siempre un lugar paradisiaco y ha despertado admiración.
Pero en las últimas décadas hemos abandonado nuestros pagos, nuestra fuente de vida secular... Le hemos dado la espalda al río, a nuestro río de la vida, estamos abandonando el tesoro más preciado: NUESTROS PAGOS, LA AGRICULTURA QUE DA PAN, TRABAJO Y LIBERTAD...

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: Overa Viva
 Las balsas eran donde se almacenaba el bien más preciado: EL AGUA. Símbolo durante siglos de nuestra riqueza, de nuestro poder, del pan de nuestros hijos... Foto: Henrique de Dinamarca, a principios de los 60.


Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva
 Estado actual de la misma balsa (Balsa de las Molinas)... Sin comentarios...

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva
 
 Estado actual de la Cimbra de Overa. La cimbra es un tunel a la orilla del rio que se adentra en el curso del mismo buscado el preciado elemento en sus capas freáticas subterráneas: EL AGUA. Con las cimbras (la de Overa y la de Palacés) se han regado los pagos de las barriadas de Overa en épocas de poca agua superficial por el río Almanzora.

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva
Las boqueras de Overa, abandonadas ahora, (Como ésta de La Concepción) recogían directamente el agua del río Almanzora, de ahí que sean de gran tamaño dadas las características de nuestro río de traer el agua en avenidas... Había que tener grandes ramales de boqueras para regar mucho en poco tiempo... Cuando sonaban las caracolas en el río ya todos sabía que venía la vida: ¡¡HA SALIDO EL RIO...!!


Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

"El sangraor" por donde se devolvía el agua sobrante de los cauces de riego al río.(foto inferior).


Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva







Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva



Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva
 Agua de riego: La situación de las aguas de riego es uno de los principales motivos de preocupación para todas las personas interesadas por nuestro presente y futuro. Tanto las tradicionales (cimbras, boqueras, acequias...etc.) como las soluciones modernas (pozos propios, contadores, modernos sistemas de riego...etc.). Son imprescindibles para recuperar nuestros campos (pago, llanos...etc.) y por tanto para el futuro económico de nuestra localidad.

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva
Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva
Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

HAY QUE RECUPERAR LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS


        Hemos sufrido en las últimas décadas un progresivo deterioro de nuestras posibilidades económicas. Hemos dejado de producir para irnos a trabajar en el sector servicios de Huércal, de otros pueblos e incluso de otras partes de España. Sin actividades económicas rentables Overa se morirá o dejará de ser lo que siempre fue: UN OASIS DE PROSPERIDAD. ES LA MEJOR MANERA DE LUCHAR CONTRA EL PARO Y LA EMIGRACIÓN. No podemos perder el impulso para el desarrollo y mejora de Overa. ¿Si perdemos a nuestra juventud, quién cogerá el testigo del futuro?


Para que esto no ocurra debemos:


3.1. Recuperación del pago de Overa/Nueva agro-industria.-


        La recuperación de la actividad agrícola en los Pagos de Overa pasa por dos coordenadas:


Gentes comerciantes, abiertas y emprendedoras. Overa.


a) La recuperación de los pagos tradicionales: Para ello, nuestros colaboradores apuntan a las siguientes soluciones:


      -         Rehabilitación de las cimbras, boqueras, acequias…etc. Todo el entramado tradicional de gestión del agua.

-         Implementarlo con los nuevos sistemas de captación y distribución: pozos, tubería, contadores. Un pantano común para regular el agua sería un gran avance.


-         Reutilización del agua de depuradoras y su consumo eficientes por medio de nuevos sistemas de riego: por goteo, aspersión…


         Todo lo anterior y algunas soluciones más, bien organizadas y gestionadas deben invertir este proceso de degradación y ruina de nuestro Pago.


           Esta recuperación pasa por la implicación de las familias en la práctica agrícola del autoconsumo.

El pago de Overa; un tesoro a recuperar.

b) Implantación de una nueva agro-industria: Pero ante la caída del cultivo de cítricos (especialmente naranja) en los últimos años se hace imprescindible probar con nuevos cultivos. Es imprescindible el estudio de cultivos de futuro (caquis, nísperos, uvas, granadas, brevas...), productos que se adapten a las nuevas temperaturas, dado el cambio que han sufrido las mismas en los últimos años y que poco a poco se han vuelto más extremas”.

La conjunción de la agricultura tradicional con las nuevas prácticas de la agro-industria puede devolver el esplendor a nuestro pago, a las tierras adyacentes y, en definitiva, a nuestra localidad.


Esta práctica se puede complementar con una industria de trasformación, aunque sea de tipo artesanal: conservas, aceites, repostería...etc. Bien comercializadas en un ámbito apropiado (centro de desarrollo, polígono industrial, centro logístico…) pueden traernos grandes alegrías. Su forma de comercialización podría ser una cooperativa con la participación de todos.


Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva
Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva
Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva
Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva


Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva
Ganar en identidad y alternativas culturales y sociales.-


       La pérdida de nuestra identidad puede venir por muchos motivos. La pérdida de belleza de nuestros campos y paisajes puede ser una de ellas. La falta de creer en nuestro futuro por no tener expectativas económicas sería otra. Así como la pérdida de nuestras costumbres y tradiciones, e incluso, la educación de nuestros hijos separados y lejos de nuestra tierra. Todo hace crear las múltiples facetas de nuestra identidad, de nuestra esencia… Creemos que no se puede construir un pueblo sin un fin común. Tiene que haber un nexo de unión que nos empuje  a  caminar juntos… y con ilusión.


         Mal vamos si la única aspiración de nuestros jóvenes es beber cerveza o cubatas día tras día… Y la responsabilidad es de ellos, pero sobre todo de los mayores, de las administraciones públicas que tienen que proveer de alternativas a la población y, especialmente, a la juventud. Locales sociales, bibliotecas, zonas deportivas, ludotecas…etc. Y especialmente medios viables de buscarse la vida... Y nuestros campos están pidiédo a voces nuevas manos, nuevos proyectos, nuevas ilusiones...
Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva

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 Los Pagos de Overa, un oasis abandonado de muerte.  Fotos: J.Pardo para Overa Viva
Creer más en nuestras posibilidades: Organizarnos.-


        Tendremos que ser mucho más unidos y reivindicativos. Luchar codo con codo por nuestros intereses, todas las barriadas de Overa unidas con una sola voz; una voz potente, clara y persistente ante todas las administraciones.


       No es el momento de mirar al pasado para lamentarnos, para pensar en lo que se podía haber hecho y no se ha hecho. No es el momento de abrir batallas estériles que no conducirían a nada. Es el momento de unir esfuerzos, de sumar voluntades, de buscar complicidades públicas y privadas, de adquirir compromisos para que el tren del progreso pase también por Overa”.


           Tenemos una población con formación, inteligente, lista… sólo nos falta creer en nuestras posibilidades y ponernos a la tarea con ilusión; la fuerza del bien común. 
   ¡¡¡SALVEMOS LOS PAGOS DE OVERA; EN NUESTRA AGRICULTURA ESTÁ EL FUTURO...!!

 
 "AGUA QUE HAS DE BEBER NO LA DEJES CORRER"
LA RECUPERACIÓN DE LOS PAGOS DE OVERA DEBE SER AHORA NUESTRA MÁXIMA PREOCUPACIÓN. LA REHABILITACIÓN DE LOS ANTIGUOS SISTEMAS DE RIEGO COMPLEMENTADOS POR NUEVOS E INNOVADORES PROCEDIMIENTOS DE CONDUCCIÓN DE AGUAS, UNIDOS A NUEVAS PLANTACIONES Y CULTIVOS RENTABLES ECONÓMICAMENTE, NOS TRAERÁN UNA NUEVA ÉPOCA DE ESPLENDOR A TODAS LAS BARRIADAS DE OVERA...¡¡UNIDOS Y CON  MUCHO TRABAJO LO CONSEGUIREMOS...!!