lunes, 1 de septiembre de 2014

CARROS DE ALEGRÍA AL SALIENTE. Por Juan Pardo Valera

EL SALIENTE A PRINCIPIO DE LOS AÑOS 50: DEVOCIÓN RELIGIOSA Y UNA OCASIÓN PARA LAS RELACIONES SOCIALES.
     La de mi abuela Beatriz era de las pocas familias que tenían carro en La Ermita de La Concepción. Este práctico vehículo era la pieza fundamental de su negocio, La tienda de Beatriz "la Colorina", una institución en toda la comarca. Ella, una persona cabal, protectora de todo necesitado que se acercara a su casa, laboriosa, innovadora... Allí se escuchó con devoción la primera radio de Overa, descubrimos extasiados la televisión y comimos -cual Macondo- el milagro de los polos de hielo de aquel armario blanco que, por ser complicado lo de frigorífico, llamábamos nevera.
     El carro fue tirado, al principio, por dos mulos, después por dos grandes burras. Y en algunas ocasiones, por falta de disponibilidad de animales, sólo un aguerrido jumento se encargaba de él. Con ese carro le dio de comer, desde su tienda de La Ermita, a media Overa - casi siempre fiado- en los duros años de la posguerra. También sirvió para los pocos momentos de esparcimiento que se consentían: ir a los baños a Garrucha en la Virgen de agosto y a la romería de la Virgen del Saliente a primeros de septiembre.
     La romería al Saliente era una tradición popular muy arraigada en todo el valle del Almanzora y la zona norte de la provincia. En su vejez, me contaba mi madre, con un brillo especial en sus ojos, sus recuerdos de juventud a principios de los años 50:
        Salíamos la víspera -el siete de septiembre-, desde la ermita de La Concepción (Overa), toda la familia, allegados y muchos "arrimaos". Se nos unían otras familias: la de Juan Ramos, la de Andrés Sánchez -que también tenían carro- y algunas más. Todos le reconocían a Beatriz su "autoridad" para organizar la caravana. Y con su guitarra en ristre no paraba el baile, la alegría, los chistes -de Baltasar Sánchez, de Trinidad Pardo...-, las sabrosas viandas: tortas de manteca y chicharrones, roscos fritos, rosquillas de anís y de naranja, embutidos, hogazas de pan, botas de vino, frutas de los pagos de Overa... Y vuelta a la alegría, el jolgorio, la diversión. Y las miradas furtivas entre las arregladas muchachas y los galantes y atrevidos mozos deseosos de noviazgo que iniciaban la romería.

Las mozas en el carro cuchicheaban:

- ¿Has visto que guapo es ese de la jaca?
- ¡Vamos hermana, si es "Blas del cura", vaya gusto que tienes!
- Pues para mi es el más guapo de todos y el más gracioso...

CARROS EN EL CAMINO DEL ALBOX A LOS VELEZ A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX. Foto Gillman.
     Pero el camino era duro, apenas unas veredas llenas de piedras, a ratos camino de carros, otras infernales cuestas y socavones de las últimas lluvias. Los carros tenían que dar grandes rodeos para franquear los obstáculos del camino, los que iban a pie cogían veredas y atajos.
   En Palacés se les unían algunas familias más, con gran algarabía y un sinfín de abrazos y besos. Por algo éramos casi todos familia o amigos, y compañeros de muchos días de trabajos en común. Las reatas de carros, animales y peregrinos se iban engrosando a medida que el camino avanzaba y se formaban grandes grupos por amistad y afinidades de todo tipo.
     El camino era un escaparate dispuesto para la seducción, el dejarse ver y por supuesto mostrar lo mejor de cada casa. Los jóvenes buscaban el amor de su vida y las madres el mejor partido para sus hijas y espantar al sinvergüenza con "malas intenciones" que se quisiera aprovechar.

- Mira Mariquita ahí está "el Baltasar", esperándote como buen novio.

Le gritaban a Mariquita del "Corralviejo" que, pintada y con el traje hecho para la ocasión, los seguía montada en su burra unos metros más atrás. Algunos romeros  se turnaban en el uso de las monturas todas primorosamente engalanadas para la ocasión, aunque la mayoría iban andando. Sólo las mujeres y los niños tenían algún privilegio.

- ¿Yo no sé qué ha visto en ella? Porque mira que es guapo el mozo. Y tan rubio. Y esos ojazos azules.Y ese porte...
-¡Como no ande atenta se lo quito en el baile...!
- Ten cuidado con esa que ya anda con "la mosca" y tiene las uñas afiladas, cómo te vea mirarlo te saca los ojos...¡¡jajaja!!

     Baltasar, tocándose el ala del sombrero, las saluda con una sonrisa y azuza a su mulo, rutilantemente enjaezado para ponerse a la par de Mariquita.
     Por la cuesta de la Tejera dejaban atrás Palacés, avanzando por el camino real y dejándose caer al río Almanzora.
     A la caída de la tarde el agotamiento de los romeros era evidente."El camino" era ya una caravana al runrun de cantos, bromas, requiebros y gritos... Las mozas más jóvenes, en edad de merecer, iban acomodadas en lo alto del carro -como en un trono...- protegidas por almohadas y cojines, arreglados estos con mantones de Manila, bonitas colchas, flores y los indispensables ramos de albahaca para la "Pequeñica". 
     Los envidiosos que no podían acompañarlos salían a la orilla del camino en cortijos y caseríos y entre rencorosos y festivos entonaban su grito de guerra:

- ¡Bajarlas que meen! ¡Bajarlas que meen...! 

Consigna a veces acompañada de otras lindezas, y hasta palabras algo soeces. A lo que las mozas, desde lo alto de los carros, contestaban con dichos, desplantes, gesticulaciones... Y este año venían con una copla preparada: 

"Llevas meao el alpargate,
    tos lo hemos visto al pasar,
       mal dolor te dé en las tripas,
que te vayas de bareta
y no llegues al corral"

    Pasado Albox, en las Pocicas se imponía un descanso para las bestias y más aún para las personas. Las gentes de Las Pocicas eran especialmente amables y cariñosas con los romeros. Y siempre había baile y un trago de vino para agasajarlos. Las mozas aprovechaban para echarse unas parrandas y lucirse un poco. Y siempre con ese trato cercano, amigable, cariñoso...
- El año que viene no dejéis de pararos en Las Pocicas, aquí tenéis vuestra casa...
- No se preocupen ustedes que sin falta paramos y seguimos el baile...
- ¡Que lleguéis temprano al Saliente!


EL CARRO HA SIDO DURANTE SIGLOS EL MEDIO DE TRANSPORTE FUNDAMENTAL.
     Al llegar a la base de la cuesta del Santuario el espectáculo era estremecedor, docenas de personas subían arrodilladas por entre las piedras y matas pinchosas. Algunas más previsoras se habían hecho una especie de almohadillas para las rodillas, pero otras -las más...- subían sangrando, con las rodillas en carne viva.
-¿Le ayudo señora?
- No hijica que es promesa, la hago por mi hijo que está en América.
- ¡Pero si va usted sangrando! ¿No le duele?
- Un poco, pero la Virgencica me socorre y poco a poco subiré la cuesta; ¡si Dios quiere...!
    A algunos carros tuvieron que ayudarles a subir la cuesta, pues los animales solos no podían con la pesada carga y lo abrupto del camino. Muchos llegaban a altas horas de la madrugada, había que acoplar a "las bestias" -los animales siempre eran lo primero...- y preparar donde dormir, con las almohadas,cojines y mantas del arreglo de los tronos... - aunque nadie dormía en una noche tan especial-. 
PARTE TRASERA DEL SANTUARIO UTILIZADA PARA SERVICIOS A LOS ROMEROS
     A la vera del santuario varios caños de agua fresca saciaban la sed de animales y personas, el ambiente era de lo más fraternal; todo el mundo ofrecía vino y comida al extraño, gentes venidas de todos lados de la provincia, inclusos de las vecinas Granada y Murcia... Con ofrendas, promesas y limosnas. Los pobres se alineaban en dos filas al lado izquierdo del edificio, organizados por los guardias, y los donantes iban repartiendo por riguroso turno sus promesas.
     Y otra vez el baile, las guitarras, bandurrias, panderetas: parrandas, malagueñas y alguna sevillana... Cada uno se esforzaba en mostrar sus habilidades con el baile, el cante y el toque. Cuando a un mozo le interesaba bailar con una moza que estaba bailando con otro, le tocaba el hombro al acompañante y con la frase: "por favó" tenía derecho a echarse un baile... La noche se hacía corta de corro en corro a cual más divertido y con mejor música y alegría.
 - ¡Vamos, vamos, que en aquella esquina están los mozos de la Ermita, que bailan y cantan mejor que todos estos...!
- ¡Pues a mi me gustan más los de Palacés...!
- ¡Ya estamos otra vez! Tu lo que quieres es que te mire quien tu sabes...
- Vamos hermana, no seas tonta, que también tú tendrás alguno para pelar la pava...
     Y así seguía la jarana, la fiesta. Luego vendrían las misas, la procesión, las promesas, los arcones de dulces de Cantoria y las copas de anís. Y otra vez la música, el baile y la broma... Y preparar, a la tarde, de nuevo los carros y las bestias, pues había que volver. La vuelta era casi igual de animada, valía para acordar reencuentros, afirmar la amistad, fijar los recientes amoríos:

-  ¡Qué pronto se acaba lo bueno!
- Pero mientras tanto, vamos a dar otra vuelta...
- Sí, hay que despedirse de todos...
- ¡Oye guapa!, ¿te vienes en mi jaca?
- ¡Eso quisieras tu moreno, pero tengo yo un carro, que ni una tartana...!
- ¡Hasta el año que viene!!
- Aquí, de nuevo, en el Saliente...
- Pero antes nos veremos en los bailes de las Ánimas, en La Ermita, Palacés, Los Menas o Santa Bárbara...
¡¡Qué no pare el baile; Viva la alegría...!! ¡¡ Viva la  Virgen del Saliente!!   ¡¡Viva la vida!!

    
EL SANTUARIO DEL SALIENTE RECIBE EL FERVOR RELIGIOSO DE MUCHAS COMARCAS ALMERIENSES.
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* Gracias a todas las personas mayores que con sus recuerdos han documentado este relato: Ana Sánchez, Blas Pardo... Y a todos los amigos, buenos amigos, que me han aconsejado y animado para escribirlo.

NOTA INFORMATIVA:


ROMERIA AL SALIENTE 8 de Septiembre

La fiesta tradicional de Albox, municipio de la provincia de Almería, es la Romería del Saliente, que tiene lugar hasta el Santuario de la Virgen del Saliente, ubicado en el cerro El Roel, a unos 20 kilómetros del núcleo urbano.

.....Supone uno de los encuentros más importantes de devoción mariana de la provincia almeriense y de localidades limítrofes de la Región de Murcia y provincia de Granada, desde donde miles de personas, para no faltar a su tradicional cita con la Virgen del Saliente, conocida popularmente como ‘La Pequeñica’ O LA "VIRGENCICA", comienzan su camino a pie o en vehículos de motor, ocupando éstos el lugar que en otro tiempo fue destinado a los carros, las bestias de carga, mulas principalmente, que eran engalanadas para tal conmemoración dando a la fiesta un aire colorido y vistoso.

.....En la madrugada del día ocho, festividad de la Natividad de la Virgen, se peregrina al Santuario, que conmemora una aparición mariana ocurrida a finales del siglo XVII, donde se celebra las misas de Peregrinos de manera casi ininterrumpida hasta el mediodía, el rezo del Ángelus, la procesión de Alabanza a la Patrona de Albox y la ofrenda de albahaca; acto tradicional en esta peregrinación, si bien en tiempos más recientes, coloridas y variadas flores acompañan a la citada planta aromática tan común en esta región del sureste español.

.....El fervor religioso se manifiesta en las actitudes que no pocos peregrinos adoptan para realizar la ruta: hacer el camino descalzos, de rodillas e incluso con personas imposibilitadas en brazos a favor de los cuales, normalmente, iban a parar los supuestos beneficios concedidos por la Virgen a los peregrinos bajo promesa.

.....Previamente a la Romería, desde el 30 de agosto tiene lugar el Novenario que se celebra alternando las dos parroquias albojenses, la de Santa María y la de La Concepción con el propio Santuario, para una vez finalizado el último de ellos, en la noche del 7 de septiembre, iniciar la andadura hacia el alto de El Saliente.



La Devoción a la Virgen del Saliente se extiende desde las Comarcas de Guadix-Baza-Galera-CullarOrce en la Provincia de Granada hasta la Comarca de Puerto Lumbreras-Lorca-Aguilas, pasando por la comarca de los Velez, Almanzora y resto de la Provincia de Almeria. Igualmente se sigue con mucha devoción en Provincias como Alicante, Barcelona y en la provincias de Mendoza y Salta en Argentina

Para Mayor información pueden contactar con Juan Martinez Fernandez, Responsable del Patronato del Santuario del Saliente. Telefono: 628605055.

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