domingo, 18 de enero de 2015

EN EL NOMBRE DE OVERA. AMÉN. Por Salvador Navarro Fernández

LA ABUNDANCIA LA DONABA EL RIO, LA SEGURIDAD EL CASTILLO, LA IMPORTANCIA EL CRUCE DE CAMINOS. Foto J.Pardo

 “OVERA”, ¿ES DE ETIMOLOGÍA IBERA? ¿LATINA? ¿MOZÁRABE? ¿ÁRABE?
     (Propuestas para la investigación de la definitiva etimología)
     (Dedicado a mis amigos de Overa que tienen acreditado desvelo por descubrir nuestras raíces)
     Veamos qué posibles orígenes etimológicos se nos ofrecen como soluciones razonables, plausibles:
      “Olivera” (del latin “olivar︣ia”, “olivo” -y ésta fue tierra de buenos olivos- ,  que todavía se usa como sinónimo de “olivo” en el levante peninsular),  dio  Ol(i)vera” > O(li)vera> Overa.
          Otra posible etimología: “lugar del río, con ´ovas´, con algas”, es decir, “overa”; aunque también tendría la misma etimología, si se hiciera derivar de “ovas” (del latin ova,huevos), que son huevecillos juntos de algunos peces, hueva.
           Aludiendo al color amarillento de la tierra, que en femenino se dice “overa” (del bajo latin “falvus varius”, amarillo cambiante) podría haber  surgido este adjetivo, convertido en topónimo, Overa.

           Otra posibilidad es la interpretación, en versión árabe,  de “pozos  ( الآبار )   de             la cuesta”  (pozos  en árabe, se dice al-abar     

      que  más tarde sería “al bara”, “aubara”> luego, “ obara”, “obera”, ”overa”.
significa pozo
LA PRIMERA POBLACIÓN DE OVERA CRECIÓ AL AMPARO DEL CASTILLO. Foto J.Pardo
pozo, suena algo así como be´ar, aunque en otra versión suena bi´run               . Tanto en uno como en otro caso, la evolución hasta  la cadena de sonidos “overa”, no es difícil de construir:
 Be ´ar> be´ara>be´ra>Overa (la vocal inicial se hizo indispensable, o al menos, conveniente,  a la emisión de la cadena fónica)
 Bi´run> biraun (porque todo sonido consonante lleva adherida  cierta vocalización)> bira> obira>Overa.
Incluso la fusión de las dos sinónimos, facilitaba la solución “overa”, con el añadido prefijo de la vocal mencionada.
              Con la idea de fecundidad, feracidad o fertilidad que da el no descartable hipotético adjetivo “ubera” (del latin uber, uberis) ( cfr. mi artículo sobre el gentilicio de Overa, en el blog Overaviva), tendríamos fácilmente el topónimo Overa, que nos ocupa.
              Así también otras posibles etimologías como la que tendría su origen en  poꜚpulus, “chopo”, con su derivado romance “llopera”,“chopera”>”llobera” (el árabe carece del sonido “p”)>Overa.
               O la que lo emparenta con ´lugar de lobos´ (“lobo” es lupus, lupi en latin) “lobera”> (la) lobera> l´obera> Overa.
                Y ahora,  abordamos la siguiente interpretación, íntimamente relacionada con la idea de agua que implica el afijo “ur” y sus variantes.
        Vamos a aproximarnos a la explicación de por qué utilizamos la palabra “Overa” para denominar a una localidad situada geográficamente en la falda o ladera de dos poco prominentes sierras del sureste español, la Sierrecica y las últimas estribaciones hacia el Este de Los Filabres, basándonos en lo que apuntan los estudios más acreditados de toponimia rural, teniendo en cuenta los ejemplos más o menos aplicables a nuestro caso,  extraídos de la evolución fonética que dichos ejemplos han experimentado, por efecto de la transformación lógica que los idiomas hablados a lo largo de la historia en la Península Ibérica han producido en ellos, lenguas que han ido imprimiendo su huella característica,  dejándola  marcada , adherida al término preexistente, dicho en la lengua autóctona  anterior.
         Tendremos en cuenta, como otros autores hacen, lo que se conoce de las lenguas prerromanas, o lenguas ibéricas, consideradas hermanas del euskera general -no simplemente el oficial actual-, el  latín traído por los romanos, el árabe, el mozárabe y el castellano.
        “Ur” significa “agua” en indoeuropeo;  “ibar”, es “río” en ibero; y así, “ur”+”ibar”,tautológicamente, es “el río de agua”,  y da “Uribar”, que, por relajación, puede quedar en “Uriba”, por pérdida de  la “r” final. “Oriba”, aparece  abriendo la vocal “u”, cosa muy común en la evolución de nuestra lengua; “Obira”, surge  por metátesis, alterando el orden fonético,  tal como sucedió en el paso de “riparia” a “ribaira” y luego “ribera”; “Obera”,  por apertura de la “i”, fenómeno frecuente en pronunciación morisca; “Overa”, salió por simple cambio ortográfico, que no, fonético. Conectado con todo ello, estaría “Uribe”  u “Oribe”.
AÚN HOY OVERA ES UN VERGEL, UN LUGAR DE ABUNDANCIA Y VIDA. Foto: J.Pardo
   “Ur”, agua corriente en vasco, tiene multitud de ejemplos en toponimia rural de los pueblos de lenguas romances y no romances.  En la Península, por ejemplo,  Urumea, río de Guipúzcoa;   Úrcal (Almería) localidad inmediata a Las Norias, de indudable relación con el agua; (H)u(é)rcal –Overa, más o menos junto al Almanzora y Huércal de Almería, junto al Andarax;  Urrácal, junto al Almanzora;  Urci, Orce, Ilorci, en el sureste español; Burgas (Orense).
    En rumano:  “urcior”  es botijo;  “izvur” ,  manantial; “pûrîu”,  arroyo; “gûrla” , charco,  lago; “iures” , crecida de agua; “abur” , vapor; “nour” , nube;  “turoi”,  manantial;  “furtuna” ,  tormenta;  “turuì”  correr el agua;   “bura”, “llovizna”.
    En Mesopotamia (que en griego quiere decir “entre ríos”):  Ur  y Uruk (Caldea), cerca de la desembocadura  del río Eufrates;  Assur,  junto al Tigris.
    En árabe, “noria”, artilugio para extraer agua, se dice  “na´úra”;  y  “torre”, construcción para la defensa de riqueza natural de subsistencia como el agua, se dice “ bur^y” . Ambos términos contienen el infijo “ur”, “agua”.
      Y ahora, aquí introducimos otra posible etimología del nombre Overa, conectada con el sistema tradicional de extracción de agua de riego y abastecimiento doméstico: la típica noria, de uso frecuente en la localidad.
    “Noria” , en árabe  na´úratun, ( ناعورة ) evolucionaría  a  na´úra>(n)auera>auera≥agüera >ouera>Overa.
      Y aún una nueva posible etimología: Con  Ur+ Bury   (            
  برج )  +  Iyih + la “A” epentética (añadida) árabe habitual, daría una expresión fonética algo así como “Urbur^yia”>”Urburia”>”Orburia”>”Oburia”> “Oboria” >”Oboira”> “Obeira” >”Obera” >”Overa”, según la explicación que sigue:
         Minateda (Hellín) se documenta en el s.XIII como “Medinatea”,
hecho que condujo a Alfonso Carmona a identificarlo con el topónimo árabe Madīnat Iyih “la ciudad de Iyih”, la cual, según al-ʻUḏrī, se encontraba en este lugar en el s.XI, o más exactamente en el Tolmo de Minateda, prominente meseta rocosa ubicada a 1,5km al NO de Minateda, en cuya cima se conservan los restos de una importante ciudad romana. Hay pruebas de que también hubo otra ciudad de Iyih en Algezares (Murcia), y a una de las dos se refiere el adjetivo  “eiotanus” aplicado a obispos presentes en diferentes concilios de la iglesia toledana celebrados durante el s.VII. La forma mozárabe Eio que se deduce de dicho adjetivo latino eiotanus, y la forma árabe Iyih, remontan verosímilmente a una raíz iberorromana Egi que podemos relacionar directamente con el euskera egi “ladera, línea de montes”, y en particular con la definición más específica que trae el diccionario Amaia, de “pequeña planicie sobre un precipicio, meseta”, inspirada posiblemente en la interpretación de algún topónimo vasco. Como indica Michelena, este vocablo está representado profusamente en la toponimia y apellidos vascos: Eguibar, Eguiguren, Eguilaz, Eguina, Eguiagaray, Eguizabal,etc.  El desarrollo fonético es: Egi > mozárabe Eǧi,  Eyi > árabe  Iyi, Madīnat Iya > castellano  Medinatea, con la transformación de la vocal final en A durante su paso por el árabe, como ocurre en otros topónimos.
      No es ésta la única raíz euskérica con la que se podrían asociar estos topónimos. También existen: eio “corral para el ganado” y ei “pocilga”,
voces eminentemente adecuadas para originar topónimos, y presentes en los apellidos de origen toponímico Eiape y Eiarri (no hay que olvidar que los nombres de los lugares se crean normalmente en base a lo que había en el sitio en el primer momento de su ocupación;
      También tenemos la antigua raíz toponímica ´ay´ “ladera”, sinónimo de egi, estudiada por Michelena y presente en diferentes apellidos, como Aya, Ayalde, Ayaldeburu, Ayarte. El significado “ladera” sería idóneo para el Eio murciano, emplazado en la ladera de la Sierra de la Cresta del Gallo. Pero para Minateda conviene más la antedicha raíz egi, debido a la acepción “pequeña planicie sobre un precipicio, meseta”, idealmente adaptado al emplazamiento de la Iyih de Minateda, situada en una elevada planicie, rodeada de precipicios.
          Por último, es posible que hubiera una tercera Iyih. Se trataría
del lugarejo de Bugéjar, situado entre Caravaca y Huéscar, ya en término
de Granada. Este topónimo se documenta como “Burgeia” (1243), y
“Burgesa”, “Burguesa” (1271),  nombre de un castillo entregado a la
Orden de Santiago. Estas grafías indican una pronunciación /burǧéǧa/,
sugiriendo que el nombre puede remontar a una expresión árabe Burŷ   Iyih (con la transformación de la vocal final en A durante su paso por el árabe) “torre de Iyih”, muy similar a la de Madīnat Iyih “ciudad de Iyih”.
LA IMPORTACIA DE OVERA, ESTÁ EN SU UBICACIÓN JUNTO AL RIO EN EL CRUCE DE CAMINOS. Dibujo: Perdo Huertado
         Así que, para nuestro caso de “Overa”  Ur+Bur^y, que,  acabado en “a” daría algo así como Urburya-Urburia˃Urbera˃Orbera˃Obera˃Overa. Y vendría a ser, semánticamente, el agua de la torre, el lugar donde hay agua junto a la torre  ( nuestro castillo).
Desarrollo fonético: Egi > mozárabe  Eǧi,  Eyi > árabe  Iyi, Burŷ Iya > castellano Burgeia, Bugeja, Bugéjar. En este caso la semivocal árabe Y se contagió con la articulación africada de la Ŷ, recuperando el sonido /ǧ/ que tuvo inicialmente en mozárabe. Posteriormente el nombre perdió la R implosiva interior y adquirió una R final antietimológica, procesos recurrentes en la toponimia meridional. Al oeste de Bujéjar se extiende una amplia planicie conocida como Llanos de Bugéjar, dato que podemos poner en relación con el hecho de que, según al-ʻUḏrī, uno de los Iyih se conocía precisamente como Iyih al-Sahl “Iyih del llano”. *
         Estos razonamientos etimológicos y especulaciones lingüísticas tienen sentido en tanto no se demuestre documentalmente, o a través de inscripciones numismáticas  o  epigráficas, como ocurrió con la res pública Tagilitana (Yhlyt), o con Baria, otro origen del topónimo Overa.

                                              © Salvador Navarro Fernández
                                             Licenciado en Filología Hispánica.


*Revista de estudios albacetenses.

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